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Pastelitos de fresa con merengue de limón frescos y esponjosos
La acidez de los limones complementa de maravilla el dulzor de la fresa, y el merengue añade una textura esponjosa y excitante que hará felices a las papilas gustativas de cualquiera. Es un postre perfecto para demostrar tus dotes reposteras.
Ingredientes
Para los pastelitos:
- 1 taza Harina común
- 2 cdas azúcar cristal
- 11⁄2 cucharaditas levadura en polvo
- 1⁄4 cucharadita sal
- 1⁄4 taza Mantequilla sin sal, fría y cortada en dados
- 0.3 taza leche
Para el relleno de fresa:
- 2 tazas Fresas frescas, descorazonadas y cortadas en rodajas
- 2 cdas azúcar cristal
Para el lemon curd:
- Ralladura de dos limones
- 1⁄2 taza Zumo de limón recién exprimido
- 1 taza azúcar
- 4 yemas de huevo
Para el merengue:
- 4 claras de huevo
- 1 taza azúcar
- 1⁄2 cucharadita Crémor tártaro
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Procedimiento
Empiece por preparar las tartaletas. Mezcla bien la harina, el azúcar, la levadura en polvo y la sal en un bol grande. Añada la mantequilla cortada en dados a la mezcla. Asegúrese de no dejar que la mantequilla se ablande antes de hacerlo; cuanto más fría esté, más desmenuzables y sabrosas quedarán las tartaletas. Verter poco a poco la leche sin dejar de remover hasta que se forme una masa. Divida la masa en 8 porciones y hornéelas durante 20 minutos a 425 ℉.
Mientras se enfrían las tartaletas, empieza con el relleno de fresas. Mezcla las fresas y el azúcar en un bol y déjalas macerar. Esto permitirá que los jugos naturales de las fresas salgan, produciendo una salsa deliciosamente dulce para sus pasteles.
Para preparar el lemon curd, mezcle la ralladura de limón, el zumo de limón, el azúcar y las yemas de huevo en un bol resistente al calor. Bata estos ingredientes sobre agua hirviendo. Tenga cuidado de no dejar que la cuajada de limón hierva, ya que podría cuajar y perder su textura suave. Remover continuamente hasta que la cuajada espese y dejar enfriar.
Prepare el merengue batiendo las claras de huevo, el azúcar y el cremor tártaro en un cuenco resistente al calor sobre un cazo con agua hirviendo a fuego lento. No olvide batir hasta que el azúcar se disuelva por completo para conseguir un merengue ligero y esponjoso.
El montaje es el momento mágico. Corta cada tarta por la mitad y vierte algunas fresas y su jugo en la mitad inferior. Rocía un poco de lemon curd por encima y, a continuación, pon una porción de merengue. Recuerda que la presentación es lo más importante, pero no tengas miedo de dejarlo un poco desordenado, ¡le da más encanto! Coloca la mitad superior de la tarta sobre el merengue y ¡listo!