Receta casera de sorbete de mango

Para empezar, mezcla en un cazo los dados de mango, el azúcar, el agua y la sal. Recuerde que el dulzor de los mangos puede variar, así que empiece con cuidado con el azúcar. Siempre se puede añadir más tarde si es necesario.

Dejar cocer la mezcla a fuego medio hasta que el azúcar se haya disuelto por completo, lo que debería llevar unos 10-15 minutos. Remover de vez en cuando para evitar que el mango se pegue al fondo.

Pasado un rato, retira la mezcla del fuego y tritúrala. Recomiendo encarecidamente utilizar una batidora de inmersión para una mezcla más suave, pero una batidora normal también hará el trabajo.

Pase la mezcla por un colador para eliminar los trozos restantes y garantizar un acabado más suave. Este paso puede requerir un poco más de esfuerzo, pero merece increíblemente la pena para conseguir esa textura cremosa y aterciopelada.

Añadir el zumo de limón, removiéndolo en la mezcla. La sutil acidez del limón complementa perfectamente el dulzor, dando a nuestro sorbete una explosión de frescura.

Deja enfriar la mezcla y viértela en un plato llano. Asegúrese de que el plato sea lo bastante ancho, ya que así el sorbete se congelará rápida y uniformemente.

Congele la mezcla hasta que se endurezca, normalmente entre 2 y 3 horas. Para obtener una textura óptima, sácala del congelador cada 30 minutos durante las dos primeras horas y remuévela rápidamente.

Cuando esté completamente congelado, sácalo con una cuchara y sírvelo. Personalmente, me encanta decorar mi sorbete de mango con una hoja de menta: le da un toque de color y el aroma a menta combina fantásticamente con el mango.