Tarta de frutas a la antigua de la abuela

Empiece por remojar las frutas secas mezcladas en el ron durante al menos 24 horas. Este paso intensifica sus sabores y garantiza que estén bien hidratados; incluso puede hacerlo unos días antes. Guárdelas en un recipiente hermético para que mantengan su humedad.

Precaliente el horno a 163°C (325°F). Prepara el molde forrándolo con papel de horno.

En un bol grande, mezcle la mantequilla ablandada y el azúcar moreno hasta obtener una masa cremosa. Es fundamental integrar estos dos ingredientes para crear una masa homogénea.

Incorporar la melaza a la mezcla de mantequilla y azúcar. Añadir los huevos, batiendo bien después de cada adición. Esta es la base del pastel, debe quedar ligero y esponjoso.

En un bol aparte, mezclar la harina, la harina de almendras, la levadura en polvo, el bicarbonato, las especias y la sal.

Añadir poco a poco esta mezcla seca a la mezcla de mantequilla y azúcar. No se precipite en este paso; añada poco a poco para evitar grumos.

Incorpore a la mezcla la fruta remojada (junto con el ron restante), las nueces picadas y la ralladura y el zumo de una naranja y un limón. Este método "todo en uno" aporta al pastel su rico sabor afrutado y su suculenta textura.

Verter la masa en el molde preparado y hornear durante unas 2 horas, o hasta que al introducir un palillo en el centro éste salga limpio.

Dejar enfriar el pastel en el molde antes de pasarlo a una rejilla.

Cuando esté completamente frío, envuélvalo bien con film transparente y déjelo madurar durante al menos 2 días antes de servirlo. Este paso de maduración realza los ricos sabores, permitiendo que cada rebanada sea una perfecta sinfonía de sabor.