Canelones de Navidad

Precalienta el horno a 180 grados.

Cocina las placas de los canelones en agua con sal según las indicaciones del paquete. Una vez cocidas, escúrrelas y déjalas a un lado.

En una sartén grande, calienta el aceite de oliva. Añade la cebolla, zanahoria y pimiento picados, y cocínalos hasta que estén tiernos. Es importante picar las verduras en trozos muy pequeños para que se mezclen bien con la carne.

Añade las carnes picadas a la sartén y sazona con sal y pimienta. Cocina la carne hasta que esté bien dorada. He descubierto que revolviendo la carne con un tenedor ayuda a deshacerla y a cocinarla de manera uniforme.

Agrega el vino blanco y deja que el alcohol se evapore. Esto dará a la carne un sabor profundo y delicioso.

Una vez cocida la carne, déjala enfriar un poco antes de rellenar los canelones. Esto evitará que las placas de los canelones se rompan debido al calor.

Rellena cada placa de canelón con la carne y colócala en una fuente para horno.

Para la bechamel, derrite la mantequilla en una cacerola, añade la harina y mézclala bien. Luego, agrega la leche poco a poco sin dejar de remover. Agrega sal, pimienta y nuez moscada al gusto.

Cubre los canelones con la bechamel y espolvorea queso rallado por encima.

Hornea los canelones durante unos 25-30 minutos o hasta que el queso esté dorado y burbujeante.

Recuerda reservar un poco de bechamel para la parte superior de los canelones. Esto les dará una cubierta cremosa y dorada que es realmente deliciosa. ¡Y útil para los que aman el queso adicional! Nunca pueden haber suficientes canelones, así que haz más de lo que crees que necesitarás. Siempre son un éxito y se congelan muy bien para disfrutar después. Si deseas, puedes utilizar una mezcla de quesos para la cobertura, como mozzarella y parmesano, para un sabor extra.