Fuente: Pixabay: RitaE
Chili blanco cremoso y picante de pollo y judías
Esta reconfortante y sustanciosa receta combina delicioso pollo con una variedad de sabrosas especias, tiernas judías y aromáticas verduras para crear un chili cremoso y picante, pero no abrumadoramente picante, que resulta sencillamente irresistible.
Ingredientes
- 1 lb Pechugas de pollo deshuesadas y sin piel, cortadas en dados
- 1 cucharada aceite de oliva
- 2 Cebollas medianas, picadas
- 2 clavo Ajo picado
- 2 latas Alubias blancas escurridas
- 2 latas chiles verdes picados
- 2 cucharadita comino molido
- 1 cucharadita orégano seco
- 1⁄4 cucharadita pimienta blanca
- 1⁄4 cucharadita Pimienta de cayena (opcional para los que quieran un poco de picante)
- 4 tazas caldo de pollo
- 2 tazas Queso monterey jack rallado
- Crema agria y cilantro fresco picado, para adornar
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Procedimiento
Comience por calentar el aceite de oliva en una olla grande a fuego medio-alto. Una vez que el aceite esté caliente, añade el pollo y cocínalo hasta que ya no esté rosado. Este paso es esencial para conseguir una base sabrosa para nuestro chili.
Añadir las cebollas y el ajo a la olla y cocinar hasta que se ablanden. Siempre recomiendo utilizar ingredientes frescos porque producen un perfil de sabor más profundo.
A continuación, añade las alubias, los chiles, el comino, el orégano, la pimienta blanca y la cayena a la olla. Remuévelo todo para que se mezcle bien. Recuerda que remover continuamente puede evitar que los ingredientes se peguen al fondo, ¡así que no dejes de mover esa cuchara de madera!
Ahora, vierte el caldo de pollo y lleva la mezcla a ebullición. Tapa la olla, baja el fuego y deja que cueza a fuego lento durante una hora. Cuanto más tiempo, más se mezclarán los sabores, así que no tengas prisa.
Después de una hora, retira la tapa y añade el queso rallado a la olla. Remueve hasta que el queso se haya fundido por completo en la sopa. Esto le dará a tu chili una consistencia rica y cremosa que es simplemente divina.
Por último, sirve el chili en cuencos y adorna cada ración con una cucharada de crema agria y una pizca de cilantro fresco. La nata agria reduce el picante, mientras que el cilantro aporta un toque refrescante a este contundente plato.