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Fuente: Pixabay
Clasica Mermelada de Tomate de la Abuela
La mermelada de tomate es un conserva deliciosa que puede colocarse sobre tostadas, quesos o incluso en salsas. Esta receta de la abuela seguramente le traerá recuerdos de infancia y también dará un toque más casero a cualquier plato.
Ingredientes
- 1 kilogramo de tomates maduros
- 650 gramos de azucar
- 1 limon (el jugo)
- 1 ramita de canela (opcional)
- 1 vaina de vainilla (opcional)
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Procedimiento
Lava bien los tomates, córtalos por la mitad y quítales las semillas.
Corta los tomates en pequeños trozos y colócalos en una olla grande.
Añade el azúcar el jugo de limón, la ramita de canela y la vaina de vainilla.
Mezcla todo muy bien y deja reposar por al menos 1 hora para que los tomates suelten su jugo.
Pasada la hora, coloca la olla a fuego medio y remueve de vez en cuando para que no se pegue.
Cuando comience a hervir, baja el fuego y deja cocinar a fuego lento durante 1 hora o hasta que tenga la textura de una mermelada.
Pasado este tiempo, retira la ramita de canela y la vaina de vainilla y prueba para ver si necesita más azúcar o limón. Ajusta al gusto.
Vierte la mermelada caliente en frascos previamente esterilizados, cierra bien y coloca boca abajo para crear un vacío. Cuando se enfríen, ya puedes guardarlos en el refrigerador.
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La mermelada de tomate es un conserva deliciosa que puede colocarse sobre tostadas, quesos o incluso en salsas. Esta receta de la abuela seguramente le traerá recuerdos de infancia y también dará un toque más casero a cualquier plato.
Lava bien los tomates, córtalos por la mitad y quítales las semillas.
Corta los tomates en pequeños trozos y colócalos en una olla grande.
Añade el azúcar el jugo de limón, la ramita de canela y la vaina de vainilla.
Mezcla todo muy bien y deja reposar por al menos 1 hora para que los tomates suelten su jugo.
Pasada la hora, coloca la olla a fuego medio y remueve de vez en cuando para que no se pegue.
Cuando comience a hervir, baja el fuego y deja cocinar a fuego lento durante 1 hora o hasta que tenga la textura de una mermelada.
Pasado este tiempo, retira la ramita de canela y la vaina de vainilla y prueba para ver si necesita más azúcar o limón. Ajusta al gusto.
Vierte la mermelada caliente en frascos previamente esterilizados, cierra bien y coloca boca abajo para crear un vacío. Cuando se enfríen, ya puedes guardarlos en el refrigerador.
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