Desayuno al horno Croissant de jamón y queso

Precalienta el horno a 190°C (375°F). Es necesario para conseguir el queso fundido y el jamón caliente perfectos. Créeme, calentar el cruasán marca la diferencia y hace que este plato pase de bueno a genial.

Corte los cruasanes por la mitad, pero no del todo: deje una bisagra en un lado. Esta técnica evita que el queso y el jamón se salgan durante el horneado.

Unte una fina capa de mostaza de Dijon en el interior de cada croissant si decide utilizarla. La mostaza le da un toque sutil que realza el sabor general.

Coloque dos lonchas de jamón en cada mitad de los cruasanes. Asegúrese de doblar el jamón en lugar de colocarlo plano. Es un pequeño truco que descubrí que añade volumen y crea un bocado satisfactorio.

Cubra el jamón con cuatro lonchas de queso por croissant. Sinceramente, nunca me canso del queso fundido que se extiende al morder el croissant caliente. Si es necesario, superponga las lonchas.

Si lo desea, vierta una cucharada de salsa bechamel sobre el queso para añadir cremosidad. Es un delicioso paso opcional que hace que el croissant sea aún más goloso.

Sazonar con un poco de sal y pimienta. A continuación, cierre suavemente el cruasán.

Coloque los cruasanes preparados en una bandeja para hornear y hornee durante 5-10 minutos o hasta que el queso se haya derretido y esté burbujeante. Vigila los croissants durante los últimos minutos para evitar que se doren demasiado.

Disfrute de sus sabrosos croissants caseros de jamón y queso como un perfecto comienzo del día o como una reconfortante opción para el brunch. Un bocado y le recordará a una pintoresca pastelería parisina en la comodidad de su propia cocina. ¡Buen provecho!