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Galletas caseras de queso cheddar Snack
Con su textura crujiente y su perfecto sabor a queso en cada bocado, estas galletas de queso Cheddar son un básico en mi cocina. Son el bocado crujiente más sabroso y un aperitivo excelente para cualquier reunión.
Ingredientes
- 1 taza Harina común
- 3⁄4 cucharadita sal
- 1⁄2 cucharadita Pimienta negra recién molida
- 4 cdas Mantequilla fría sin sal, cortada en trozos pequeños
- 8 onzas Queso Cheddar afilado, finamente rallado
- 31⁄2 cdas de agua helada
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Procedimiento
Mezcle la harina, la sal y la pimienta en un robot de cocina. Mezcle durante unos segundos hasta que se incorporen. Esta mezcla en seco garantiza que cada galleta consiga una distribución uniforme del sabor.
Añada la mantequilla y el queso a la mezcla de harina en el robot de cocina. Asegúrese de distribuir el queso y la mantequilla uniformemente para evitar grumos. Procese hasta que la mezcla forme pequeños gránulos como arena.
Añada lentamente agua helada, una cucharada cada vez, hasta que la masa se una. Verá que la masa empieza a formarse como una bola, asegúrese de no mezclar demasiado para evitar una textura dura.
Transfiera la masa a una superficie limpia y plana, y amásela durante aproximadamente un minuto hasta que quede suave. Cuanto más se trabaja la masa, más se desarrolla el gluten, que proporciona a nuestras galletas su perfecta textura crujiente. A continuación, envuelva la masa en papel film y refrigérela durante al menos una hora.
Precalienta el horno a 175°C (350°F) y forra una bandeja para hornear con papel pergamino. Este paso garantiza que las galletas no se peguen ni se quemen.
Extienda la masa sobre una superficie ligeramente enharinada hasta obtener un grosor de 1/8 de pulgada. Utiliza un cuchillo afilado o un cortapizzas para cortar la masa en cuadrados o en las formas que prefieras.
Coloque las piezas en la bandeja para hornear preparada, separándolas ligeramente. Puede pinchar la superficie de cada pieza con un tenedor si lo desea para evitar que se hinchen.
Hornear las galletas durante unos 12-15 minutos, o hasta que los bordes estén dorados. Los tiempos de horneado pueden variar, así que es mejor vigilarlas a partir de los 10 minutos.
Deje que las galletas se enfríen completamente antes de servirlas. El enfriamiento permite que la textura se asiente correctamente, realzando en consecuencia el sabor.