Huevo pasado por agua

El huevo pasado por agua es un tipo de huevo que se cuece con cáscara hasta que la yema y la clara están completamente sólidas. Para ello, se utilizan huevos frescos que se calientan a temperatura ambiente.

Calentar los huevos ayuda a evitar que se rompan. Si se han refrigerado, se pueden calentar colocando el huevo en un recipiente con agua caliente durante 3 a 5 minutos. Cuando estén listos, el huevo o los huevos se colocan en una sola capa en una cacerola con agua que tenga una profundidad aproximada de 1 a 2 pulgadas más que la capa de huevos.

La cacerola puede estar descubierta o parcialmente cubierta con una tapa y el agua se lleva a ebullición. Se retira la cacerola del fuego y se tapa completamente durante unos 15 minutos para completar el proceso de cocción.

A continuación, se enjuaga el huevo bajo el agua fría o se coloca en un recipiente con agua fría para evitar que se siga cocinando. Cuando se preparen huevos duros, hay que tener cuidado de no cocerlos demasiado, ya que de lo contrario la cáscara podría agrietarse o podría producirse una reacción entre el azufre de la clara y el hierro de la yema, creando una capa de color verde apagado alrededor de la yema.

Si la cáscara empieza a resquebrajarse mientras se calienta, añada media cucharada de sal por cada cuarto de galón de agua para reducir el tiempo que tarda la clara en desnaturalizarse, de modo que se endurezca y sea menos probable que se filtre por la grieta.

Este tipo de huevo también se denomina huevo cocido duro. Para determinar si un huevo está cocido, coloque un huevo en la encimera y gírelo sobre su extremo. Si el huevo no está cocido, la yema se tambalea y el huevo deja de girar inmediatamente. Si el huevo está cocido, girará continuamente de forma controlada.

Ahora que ya sabes cómo se hace un huevo pasado por agua podrás utilizarlos en muchas de tus recetas favoritas. Son perfectos para acompañar el desayuno.