Mar y tierra con salsa de crema de ajo

Empiece precalentando la sartén. Este paso es crucial porque una sartén suficientemente caliente chamuscará el filete con eficacia y fijará los sabores deseados.

Sazone los filetes de lomo con sal y pimienta. En mi experiencia, aplicar el condimento al menos 10 minutos antes de cocinar ayuda a infundir profundamente estos sabores en el filete.

Engrase ligeramente la sartén caliente con un poco de aceite de oliva y coloque los filetes en la parrilla.

Continúe asando los filetes durante unos 4-5 minutos por cada lado para que queden poco hechos o hasta que estén al nivel deseado.

Una vez cocidos los filetes, páselos a un plato caliente y cúbralos con papel de aluminio para mantener el calor y dejarlos reposar. Por lo general, se recomienda dejar reposar los filetes el mismo tiempo que los cocinó. Esto ayuda a redistribuir los jugos por todo el filete.

En la misma sartén, añada otra cucharada de aceite y eche las gambas. Cocínalas hasta que adquieran un bonito tono rosado, lo que suele llevar unos 2-3 minutos por cada lado.

Una vez cocidas las gambas, pasarlas al plato con los filetes.

Ahora es el momento de preparar la salsa de crema de ajo. En la misma sartén, añadir el ajo finamente picado y cocinar hasta que esté aromático pero no dorado.

Vierta el vino blanco y siga cocinando hasta que se reduzca a la mitad aproximadamente.

Añadir poco a poco la nata espesa y cocer a fuego lento hasta que espese hasta alcanzar la consistencia deseada.

Sazone la salsa con sal, pimienta y perejil fresco picado. Si la salsa le parece un poco espesa, no dude en añadir un chorrito de vino blanco o agua.

Vierta la salsa de crema de ajo sobre el marisco reposado, sírvalo con gajos de limón y disfrute de este plato tan equilibrado.