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Panecillos sencillos para el desayuno
Siempre me ha gustado el pan casero. Su olor, sabor y textura son totalmente incomparables a los que se compran en la tienda. A menudo horneo estos sencillos panecillos para el desayuno. Son suaves, esponjosos y perfectos para untar con mantequilla o mermelada. Lo mejor de todo es que son muy sencillos de preparar.
Ingredientes
- 500 g Harina de trigo
- 2 cucharaditas Levadura seca
- 2 cucharaditas Azúcar
- 1 cucharadita Sales
- 280 ml Agua caliente
- 2 cucharas Aceite
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Procedimiento
En un bol grande, mezcle la harina, la levadura, el azúcar y la sal. Recuerda no poner la sal directamente sobre la levadura, ya que podría perder su actividad.
Añade el agua caliente y el aceite y amasa la masa durante unos 10 minutos hasta que esté suave y elástica. Si la masa está demasiado seca, puedes añadir más agua, pero recuerda: siempre es mejor añadir menos al principio, ya que luego no podrás invertir el proceso.
Cubrir el bol con un paño y dejar que la masa suba durante 1 hora aproximadamente, hasta que haya doblado su volumen. Deja que la masa suba en un lugar cálido y tranquilo, sin corrientes de aire.
Pasado este tiempo, volcar la masa sobre una tabla enharinada y dividirla en 8 porciones iguales. Dales forma de panecillos redondos.
Colocar los bollos formados en una bandeja de horno forrada con papel de hornear y dejar levar de nuevo durante 30 minutos más.
Precalentar el horno a 200 grados Celsius y hornear los bollos durante unos 20 minutos, hasta que estén dorados. Consejo: mientras se hornean los bollos, vierta un poco de agua en la parte inferior del horno. El agua humeante creará una atmósfera extra húmeda que dará a los bollos una corteza crujiente y un interior suave.