Pasta cremosa de pollo y espárragos al limón

Empiece sazonando las pechugas de pollo con sal y pimienta. En mi experiencia, un buen aliño del pollo garantiza un resultado sabroso.

Calentar una cucharada de aceite de oliva en una sartén a fuego medio-alto y añadir las pechugas de pollo. Cocínalas hasta que estén bien doradas por ambos lados y bien hechas, unos 8 minutos por cada lado dependiendo del grosor. Aparta el pollo y déjalo reposar.

En la misma sartén, añadir el aceite restante con la cebolla finamente picada. Rehogar hasta que la cebolla esté transparente, añadir el ajo picado y seguir rehogando un minuto más.

Ahora añade los espárragos a la sartén. Me encanta la frescura y el crujiente de los espárragos ligeramente poco hechos, así que sugiero cocinarlos durante unos 4-5 minutos a fuego medio. Si prefieres los espárragos más blandos, puedes cocinarlos un poco más.

Mientras salteas las verduras, pon a hervir la pasta. Recuerda salar el agua de la pasta, es la única oportunidad de darle sabor a la propia pasta. Cocina la pasta según las instrucciones del paquete, pero siempre prueba un trozo antes de escurrirla para asegurarte de que está cocida a tu gusto.

Cuando la pasta esté cocida, escúrrela y reserva un poco del agua de la pasta.

Añade la nata espesa, el parmesano rallado, la ralladura de limón y el zumo a la sartén con los espárragos. Remuévalo todo bien para crear una salsa cremosa. Si la salsa queda demasiado espesa, utiliza el agua de la pasta reservada para diluirla un poco.

Corta el pollo reposado en tiras y añádelas de nuevo a la sartén, removiendo para combinar y recalentar el pollo.

Añade la pasta cocida y la albahaca fresca a la sartén. Mezcla todo con cuidado hasta que todo quede cubierto con la salsa cremosa.

Pruébelo y rectifique la sazón si es necesario.