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Fuente: Pixabay: MorningbirdPhoto
Receta de masa hojaldrada fácil para tartas
Lo mejor de esta receta de masa para tartas es que es realmente fácil de preparar y garantiza una corteza hojaldrada y tierna en todo momento.
Ingredientes
- 21⁄2 tazas De harina común
- 1 cucharada azúcar
- 1 cucharadita sal
- 1 taza Mantequilla sin sal, cortada en dados y refrigerada
- 0.3 taza Agua helada
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Procedimiento
En un bol grande, mezcle la harina, el azúcar y la sal, removiendo con un tenedor hasta que estén bien mezclados. De este modo, la masa tendrá un sabor uniforme.
Añadir la mantequilla fría cortada en dados a la mezcla seca. Con las yemas de los dedos o una batidora de repostería, incorporar rápidamente la mantequilla a la harina hasta que esté bien mezclada y la mezcla parezca arena gruesa. Puede que queden trozos de mantequilla más grandes, del tamaño de un guisante, y no pasa nada. Esos trozos de mantequilla harán que la masa de la tarta sea más escamosa cuando se derrita al hornearla.
Añadir poco a poco el agua helada, una cucharada o dos cada vez, removiendo y mezclando con el tenedor, hasta que la masa empiece a formar grumos. No añada más agua de la necesaria. Demasiada agua endurecerá la masa.
Forme una bola con la masa y divídala por la mitad, formando un disco con cada mitad. Envuelva bien cada disco en film transparente y refrigérelo durante al menos 1 hora antes de extenderlo. Este periodo de reposo asegura una corteza tierna y fácil de trabajar.
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Receta de masa hojaldrada fácil para tartas
Lo mejor de esta receta de masa para tartas es que es realmente fácil de preparar y garantiza una corteza hojaldrada y tierna en todo momento.
En un bol grande, mezcle la harina, el azúcar y la sal, removiendo con un tenedor hasta que estén bien mezclados. De este modo, la masa tendrá un sabor uniforme.
Añadir la mantequilla fría cortada en dados a la mezcla seca. Con las yemas de los dedos o una batidora de repostería, incorporar rápidamente la mantequilla a la harina hasta que esté bien mezclada y la mezcla parezca arena gruesa. Puede que queden trozos de mantequilla más grandes, del tamaño de un guisante, y no pasa nada. Esos trozos de mantequilla harán que la masa de la tarta sea más escamosa cuando se derrita al hornearla.
Añadir poco a poco el agua helada, una cucharada o dos cada vez, removiendo y mezclando con el tenedor, hasta que la masa empiece a formar grumos. No añada más agua de la necesaria. Demasiada agua endurecerá la masa.
Forme una bola con la masa y divídala por la mitad, formando un disco con cada mitad. Envuelva bien cada disco en film transparente y refrigérelo durante al menos 1 hora antes de extenderlo. Este periodo de reposo asegura una corteza tierna y fácil de trabajar.
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