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Salmorejo de remolacha y tomate fácil
El salmorejo de remolacha es una deliciosa variante del clásico salmorejo español. Su atractivo color rosa y su sabor dulce hacen de esta receta un plato perfecto para sorprender a tus invitados. Además, su preparación es muy sencilla y rápida.
Ingredientes
- 3 remolachas cocidas
- 4 tomates maduros
- 1 diente de ajo
- 100 ml aceite de oliva virgen extra
- 50 ml vinagre de vino blanco
- sal al gusto
- 100 g picatostes
- hojas de menta
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Procedimiento
En primer lugar, pelamos las remolachas y las troceamos en pedazos pequeños.
Lavamos los tomates, los pelamos y los cortamos en cuartos.
En una batidora de alimentos, agregamos las remolachas, los tomates, el ajo, el aceite de oliva y vinagre.
Trituramos todos los ingredientes hasta obtener una mezcla suave y homogénea.
Probamos y ajustamos la sal al gusto.
Dejamos reposar la mezcla en el refrigerador al menos durante 1 hora, para que los sabores se mezclen.
Mientras tanto, tostamos los picatostes en una sartén con un poco de aceite, hasta que estén dorados y crujientes.
Cuando el salmorejo esté bien frío, lo servimos en cuencos individuales o en vasos.
Decoramos con los picates y unas hojas de menta.
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Estika02Salmorejo de remolacha y tomate fácil
El salmorejo de remolacha es una deliciosa variante del clásico salmorejo español. Su atractivo color rosa y su sabor dulce hacen de esta receta un plato perfecto para sorprender a tus invitados. Además, su preparación es muy sencilla y rápida.
En primer lugar, pelamos las remolachas y las troceamos en pedazos pequeños.
Lavamos los tomates, los pelamos y los cortamos en cuartos.
En una batidora de alimentos, agregamos las remolachas, los tomates, el ajo, el aceite de oliva y vinagre.
Trituramos todos los ingredientes hasta obtener una mezcla suave y homogénea.
Probamos y ajustamos la sal al gusto.
Dejamos reposar la mezcla en el refrigerador al menos durante 1 hora, para que los sabores se mezclen.
Mientras tanto, tostamos los picatostes en una sartén con un poco de aceite, hasta que estén dorados y crujientes.
Cuando el salmorejo esté bien frío, lo servimos en cuencos individuales o en vasos.
Decoramos con los picates y unas hojas de menta.
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