Tarta cremosa de pollo, queso y macarrones

Comience precalentando el horno a 175°C (350°F). Este paso es esencial, ya que permite que el horno alcance la temperatura óptima de cocción, garantizando que el horneado sea uniforme.

Mientras el horno se calienta, cuece los macarrones en una olla grande de agua hirviendo con sal durante unos 8-10 minutos hasta que estén al dente. Aunque las instrucciones del paquete digan lo contrario, la pasta ligeramente poco hecha aguanta mejor en el horno y no se pone blanda.

Mientras se cuece la pasta, saltee el pollo en otra sartén hasta que esté ligeramente dorado. El dorado añade sabor adicional y es uno de esos trucos deliciosos que he aprendido para elevar el plato.

Cuando la pasta y el pollo estén bien preparados, escurra la pasta y mézclela con el pollo, la crema de champiñones y la leche en un bol grande. Sazónelo con sal y pimienta a su gusto. Esta es la base de su horneado, y mezclarlo todo asegura que los sabores de cada bocado se distribuyan bien.

Vierta la mezcla en una fuente de horno y espolvoree generosamente el queso cheddar rallado y el pan rallado por encima. El pan rallado le da una textura crujiente que complementa perfectamente la pasta cremosa.

Introduce la fuente en el horno precalentado y deja que se haga durante unos 25-30 minutos. La parte superior debe estar dorada. Un consejo personal: gira la fuente a mitad del proceso de horneado para que se dore por igual.

Una vez hecho, déjelo reposar unos minutos antes de servir. Siempre es mejor servirlo caliente. ¡Que aproveche!