Unos macarrones de almendra fantásticamente deliciosos

Para hornear macarrones de almendra Comience con las almendras. Aquí recomiendo utilizar almendras crudas, sin pelar. Tostar las almendras con cuidado en una sartén para que liberen todo su sabor. A continuación, dejar enfriar un poco y pelar las almendras.

Triture las almendras hasta obtener harina de almendras en una batidora o robot de cocina. Este paso da a los macarrones una textura especialmente fina.

Separar los huevos y batir las claras a punto de nieve en un bol limpio y sin grasa. Un pequeño truco: añada una pizca de sal para que las claras cuajen más rápido. En cuanto las claras estén a punto de nieve, puedes añadir poco a poco el azúcar y seguir batiendo hasta que la mezcla esté brillante.

Añada el zumo de limón y la ralladura de limón para darle más frescura. A continuación, incorpore con cuidado la harina de almendra para dar a las claras una textura aireada.

Con una cuchara, colocar pequeños montoncitos de la mezcla en una bandeja de horno forrada con papel de hornear. Recomiendo dejar algo de espacio entre los macarons, ya que se extenderán un poco al hornearse.

A continuación, hornear los macarrones en un horno precalentado a 150 grados Celsius durante unos 15 minutos hasta que estén dorados. Deben estar ligeramente crujientes por fuera, pero suaves por dentro.

Deje enfriar completamente los macarrones de almendra y espolvoréelos con azúcar glas. El espolvoreado confiere a los macarons su típico aspecto invernal y un dulzor adicional.

Que aproveche.