Yogur griego casero

Calienta la leche:

Vierte la leche en una olla y caliéntala a fuego medio hasta que alcance aproximadamente 85°C. Remueve ocasionalmente para evitar que se pegue o forme una capa en la parte inferior.

Enfriamiento de la leche:

Retira la olla del fuego y deja que la leche se enfríe hasta alcanzar una temperatura de alrededor de 43-46°C. Puedes acelerar el proceso colocando la olla en un recipiente con agua fría.

Mezcla con el yogur:

Agrega las 2 cucharadas de yogur natural alcaliente a la leche tibia. Mezcla bien hasta que esté completamente incorporado. Si deseas un yogur más dulce, agrega también la cucharada de azúcar y mezcla nuevamente.

Fermentación:

Vierte la mezcla de leche y yogur en frascos de vidrio limpios y ciérralos herméticamente. Puedes usar uno grande o varios pequeños, según tu preferencia.

Coloca los frascos en un lugar cálido, como el horno apagado con la luz encendida, o cerca de una fuente de calor suave. Deja que el yogur fermente durante 6-8 horas, o hasta que alcance la consistencia deseada.

Enfriamiento y refrigeración:

Una vez que el yogur haya fermentado, retira los frascos del lugar de fermentación y déjalos enfriar a temperatura ambiente.

Luego, coloca los frascos en el refrigerador y déjalos reposar durante al menos 2 horas, o hasta que estén bien enfriados.

Servir:

El yogur griego casero está listo para servir. Puedes disfrutarlo tal cual o agregarle tus ingredientes favoritos, como frutas, miel, granola, etc.