Frites clásicas de bistec de pato crujiente

Empieza preparando las patatas fritas. Precaliente el horno a 200C (400F) y corte las patatas en la forma deseada. Báñalas con aceite de oliva, sal y pimienta, asegurándote de que cada patata queda cubierta. Extiéndalas en una bandeja de horno y métalas en el horno. Tardarán unos 45-50 minutos en hacerse, pero hay que vigilarlas para que se doren. Si se les da la vuelta a mitad del tiempo, la cocción será más uniforme.

Mientras las patatas fritas hacen su magia, prepare el pato. Por experiencia propia, recomiendo marcar el lado graso de la pechuga de pato en forma de cruz, cortando la grasa pero no la carne. De este modo, la grasa se desprende fácilmente durante la cocción y la piel queda crujiente.

Calentar una sartén antiadherente a fuego medio y colocar las pechugas con la piel hacia abajo. Cocínalas durante unos 6-7 minutos hasta que la piel esté crujiente y, a continuación, dales la vuelta y cocínalas otros 5-6 minutos. Si las retiras cuando aún están rosadas en el centro, obtendrás el punto perfecto de cocción.

Dejar reposar el pato unos minutos y cortarlo en tiras. Coloca las tiras de pato en un plato y escurre las patatas fritas en papel de cocina para eliminar el exceso de aceite. A continuación, emplata las patatas fritas junto al pato.

Saborea las patatas fritas espolvoreando tomillo fresco y ajo picado. Esta combinación aporta un increíble sabor a hierbas a las patatas fritas.

Sírvalas calientes con una guarnición de ensalada o un aderezo de su elección, y voilá: ¡sus Frites de filete de pato están listas para ser devoradas!