Garbanzos con bacalao

Coloca los garbanzos en la olla y cubre con agua suficiente para cubrirlos con 2 dedos.

Añadimos el bacalao, que no he desalado porque quiero que salga la sal y la sustancia del caldo. Simplemente se ha lavado bajo el grifo. Lo calentamos. Después de eso, agregue la hoja de laurel y la bolsa de espinacas. Aunque el paquete dice que ya han sido lavados, me gusta darles otro enjuague bajo el grifo.

Freír los ajos laminados en una sartén con un chorrito de aceite antes de verterlos en la cacerola. Recuerda hacer el ajo lo antes posible para que no se queme. Ponemos el ajo en el cazo cuando haya tomado color sin quemarse. Es ventajoso que el aceite pierda un poco de temperatura para evitar que salpique y nos queme al reaccionar ante un cambio de temperatura tan drástico.

Lo cocinamos durante media hora a fuego medio para que salgan los sabores de las espinacas, el ajo y el pescado.

Para dar solidez y espesar el caldo de nuestro guiso, trituramos un puñado de garbanzos de la cacerola en el mortero. Es una tradición culinaria heredada de la cocina de nuestras abuelas.

Dejamos que hierva durante 10 minutos a fuego medio-alto para que se unan los garbanzos. Limpiamos la sal. ¡Y estoy listo!

Se sirve muy caliente, y les prometo que es delicioso, con sabores sutiles y sorprendentes. Para mejorar la utilización y asimilación del hierro de las espinacas en nuestro organismo, te propongo incluir vitamina C en tu dieta (por ejemplo, una pieza de fruta rica en vitamina C como una naranja o un kiwi).