Solomillo de ternera asado al horno perfecto

Precaliente el horno a 220 grados centígrados (425 grados Fahrenheit), ya que la temperatura es crucial para conseguir el exterior crujiente perfecto y mantener la ternura en el interior, una lección aprendida de mis innumerables experiencias culinarias.

Frota bien el solomillo de ternera con el ajo picado, el romero, el tomillo, la sal y la pimienta. Déjelo reposar de 10 a 15 minutos para que absorba los sabores. Este paso de marinado realza drásticamente el sabor del plato final.

Calentar el aceite de oliva en una sartén para asar a fuego medio. Añada el solomillo y dórelo por todos los lados. Al dorar la carne antes de asarla, se consigue una corteza sabrosa y se retiene el jugo para que se derrita en la boca.

Una vez dorada, traslade directamente la sartén al horno precalentado. Ase la ternera durante unos 20-25 minutos para un término medio, o hasta que alcance el punto de cocción deseado. Ser prudente con el tiempo de asado ayuda a evitar la sobrecocción y la pérdida de jugo que a menudo resulta en carne seca.

Retira el asado del horno y déjalo reposar durante 10-15 minutos antes de cortarlo. El reposo es un paso imprescindible en el asado de carne, ya que permite que todo el jugo se asiente, manteniendo la carne húmeda y sabrosa.

Por último, corte el solomillo en rodajas y sírvalo caliente para disfrutar de una experiencia gastronómica casera perfecta.