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Fuente: Pixabay: PublicDomainPictures
Cómo Hacer Buñuelos de Viento
Uno de mis recuerdos más felices es ayudar a mi abuela a hacer buñuelos de viento cada Semana Santa. Son pequeñas y livianas, como las nubes y tienen un sabor delicioso. Además, son muy fáciles de hacer. Te animo a que las pruebes; seguramente se convertirán en una tradición tuya también.
Ingredientes
- 250 ml de agua
- 50 gramos de mantequilla
- 150 gramos de harina
- 4 huevos
- 1 pellizcar de sal
- aceite para freír
- Azúcar glas para espolvorear
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Procedimiento
En una cacerola, lleva el agua a hervir junto con la mantequilla y la sal. Una vez que hierva, retírala del fuego - es importante no dejarla demasiado tiempo para evitar que la mantequilla se queme.
Añade la harina de un solo golpe y mezcla bien hasta que se forme una masa que se despegue de las paredes de la cacerola. Esto puede llevar un par de minutos y yo suelo utilizar una cuchara de madera.
Deja que la masa se enfríe un poco antes de añadir los huevos uno a uno, mezclando bien después de cada adición. Este paso es crucial para obtener los buñuelos esponjosos y suaves - no querrás apresurarte aquí.
Calienta el aceite en una sartén profunda. Cuando esté caliente, toma porciones de la masa con una cuchara y fríe los buñuelos hasta que estén dorados. Este es un procedimiento que requiere paciencia, no querrás que el aceite esté demasiado caliente ya que los buñuelos podrían quemarse por fuera y quedar crudos por dentro.
Una vez dorados, retira los buñuelos del aceite y colócalos en un plato con papel de cocina para escurrir el exceso de grasa.
Finalmente, espolvorea los buñuelos con azúcar glas y sirve.
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Uno de mis recuerdos más felices es ayudar a mi abuela a hacer buñuelos de viento cada Semana Santa. Son pequeñas y livianas, como las nubes y tienen un sabor delicioso. Además, son muy fáciles de hacer. Te animo a que las pruebes; seguramente se convertirán en una tradición tuya también.
En una cacerola, lleva el agua a hervir junto con la mantequilla y la sal. Una vez que hierva, retírala del fuego - es importante no dejarla demasiado tiempo para evitar que la mantequilla se queme.
Añade la harina de un solo golpe y mezcla bien hasta que se forme una masa que se despegue de las paredes de la cacerola. Esto puede llevar un par de minutos y yo suelo utilizar una cuchara de madera.
Deja que la masa se enfríe un poco antes de añadir los huevos uno a uno, mezclando bien después de cada adición. Este paso es crucial para obtener los buñuelos esponjosos y suaves - no querrás apresurarte aquí.
Calienta el aceite en una sartén profunda. Cuando esté caliente, toma porciones de la masa con una cuchara y fríe los buñuelos hasta que estén dorados. Este es un procedimiento que requiere paciencia, no querrás que el aceite esté demasiado caliente ya que los buñuelos podrían quemarse por fuera y quedar crudos por dentro.
Una vez dorados, retira los buñuelos del aceite y colócalos en un plato con papel de cocina para escurrir el exceso de grasa.
Finalmente, espolvorea los buñuelos con azúcar glas y sirve.
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