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Quiche Florentine de espinacas frescas con queso francés
La Quiche Florentine es la elegante respuesta francesa a la cazuela del desayuno. Rellena de espinacas, queso y huevos, todo ello dentro de una corteza mantecosa, esta receta es una de mis favoritas desde hace mucho tiempo. La preparo a menudo para los almuerzos o para tomarla durante la semana en los momentos de más trabajo, cuando el tiempo escasea. La naturaleza ligera pero sustanciosa de la quiche nunca deja de impresionar, ¡sus sabores son reconfortantes y clásicos!
Ingredientes
- 1 Masa para tartas, casera o comprada en la tienda
- 1 taza espinacas frescas picadas
- 1⁄2 taza Queso suizo rallado
- 1⁄2 taza Queso cheddar rallado
- 4 Huevos grandes
- 1 taza crema espesa
- Sal y pimienta al gusto
- 1⁄2 cucharadita nuez moscada
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Procedimiento
Empieza precalentando el horno a 190°C (375°F). Si utiliza una masa de tarta casera, me parece útil enfriarla durante al menos 30 minutos para que la mantequilla se endurezca. Esto permitirá que la masa mantenga su forma mientras se hornea.
Mientras se precalienta el horno, trocee las espinacas frescas. Asegúrate de quitar los tallos duros. También puedes escaldar las espinacas en agua hirviendo durante unos 2 minutos para que estén tiernas, es un truco que he aprendido con el tiempo.
A continuación, extienda la masa de la tarta, si no está previamente laminada, y colóquela en un molde para tartas de 9 pulgadas.
La corteza puede colgar un poco por los bordes para darle ese toque rústico. Es lo que suelen hacer en las pastelerías de la Francia rural.
Pinche el fondo de la tarta con un tenedor para evitar que se hinche al hornearla, cosa que yo aprendí por las malas.
A continuación, espolvorea las espinacas y el queso rallado en la base de la tarta. A mí me gusta utilizar dos tipos de queso, como el suizo y el cheddar, para conseguir una buena mezcla de sabores.
Ahora, a preparar las natillas. Bate los huevos y la nata en un cuenco y añade sal, pimienta y nuez moscada al gusto. La nuez moscada combina de maravilla con las espinacas y realza su sabor. Este consejo me lo dio mi abuela.
Vierta las natillas sobre las espinacas y el queso en el molde, asegurándose de que se distribuyen uniformemente. A continuación, hornee la quiche durante 35-45 minutos o hasta que la parte superior esté ligeramente dorada y la crema esté cuajada.
La quiche estará lista cuando al introducir un cuchillo en la crema, éste salga limpio.
Retire la quiche del horno y déjela enfriar sobre una rejilla durante unos 15 minutos antes de servirla. De este modo, se asegurará de que no quede líquida y se mantenga unida al cortarla.