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Hornea galletas de avena saludables en 30 minutos
Esta deliciosa receta de galletas de avena tradicionales es una de mis favoritas. Es fácil de hacer, requiere sólo unos pocos ingredientes y ofrece un crujiente fantástico. Las galletas de avena siempre tienen un equilibrio perfecto entre dulce y salado y son el postre perfecto para llevar en cualquier ocasión. He preparado esta receta a menudo para eventos familiares y picnics y siempre he recibido elogios.
Ingredientes
- 200 g copos de avena
- 150 g harina
- 200 g mantequilla ablandada
- 100 g azúcar
- 1 Pellizcar sal
- 1 Cucharilla levadura en polvo
- 2 Huevos
- 1 Cucharilla esencia de vainilla
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Procedimiento
Para la receta de galletas de avena, precaliente el horno a 180 grados centígrados. Esto es importante, ya que una temperatura constante es crucial para que las galletas se horneen de manera uniforme.
En un bol, mezcle los copos de avena, la harina, el azúcar, la levadura y la sal. Es importante mezclar primero estos ingredientes secos para que la levadura y la sal se distribuyan uniformemente.
En otro bol, bata la mantequilla, los huevos y el extracto de vainilla hasta obtener una mezcla cremosa y homogénea. La consistencia es fundamental: si la mantequilla está demasiado dura, las galletas quedarán demasiado firmes, mientras que si está demasiado líquida, quedarán demasiado planas.
Añadir los ingredientes secos a la mezcla de mantequilla y mezclar suavemente hasta obtener una masa homogénea. No mezcle la masa en exceso, ya que podrían quedar galletas duras.
Con una cuchara o una prensa para galletas, forme pequeñas bolas con la masa y colóquelas en una bandeja de horno forrada con papel de hornear. Asegúrate de dejar suficiente espacio entre las galletas para evitar que se peguen entre sí.
Hornea las galletas de avena en el horno precalentado entre 15 y 20 minutos. El tiempo de horneado perfecto puede variar en función de lo oscuras y crujientes que te gusten las galletas de avena.
Deje enfriar completamente las galletas de avena sobre una rejilla antes de servirlas. Esta fase de enfriamiento es necesaria para que las galletas conserven su forma y queden crujientes.